
Historia
La silla Barcelona fue diseñada por Mies van der Rohe con la
colaboración de su socia y compañera, la diseñadora Lilly Reich, cuya
participación le ha sido reconocida recientemente.2
El diseño se desarrolló en el marco de la reconstrucción
tras la guerra. Los diez años precedentes a la exposición internacional de
Barcelona fueron muy agitados para los gobiernos europeos: problemas de
educación, inestabilidad social, grandes migraciones, nuevos límites
territoriales, desaparición de monarquías, etc., un tiempo en el que las
naciones intentaban, tras la devastación, volver a la estabilidad y mostrarse
vigorosos ante el mundo. Por ello, los diseñadores tuvieron la enorme
responsabilidad de producir un pabellón para la exposición de Barcelona que
anunciara el resurgir de la cultura alemana y mostrara sus éxitos.
En aquella época, más allá de los conflictos, los
diseñadores, industrialistas, arquitectos y artistas se inspiraron y supieron
aprovechar las nuevas tecnologías y los nuevos materiales desarrollados durante
la Primera guerra mundial. En este sentido, el diseño de la silla propone una
propuesta de vanguardia para el uso del doméstico.
Mies y Reich crearon la silla, junto a la otomana y la mesa
auxiliar a juego, para el Pabellón alemán en la Exposición Internacional de
Barcelona del año 1929. Las sillas eran tan magníficas que se utilizaron como
tronos para los reyes de España cuando visitaron el pabellón de Barcelona. Al
año siguiente de la Exposición Internacional, Mies y Reich diseñaron el diván
Barcelona, siguiendo la misma línea de la silla, la otomana y la mesa, para el
departamento del arquitecto Philip Johnson.3 Estas nuevas piezas fueron
presentadas en la Exposición Bauausstellung Berlín en 1931.4
Diseño
La estructura del mobiliario estaba realizada originalmente
en acero inoxidable pulido, mientras que las superficies del asiento y el
respaldo fueron hechas de cuero de piel de cerdo. Más tarde, en 1950 se harían
ajustes al diseño para producirlo en masa.
Las proporciones armoniosas y la forma elegante convirtieron
a la silla Barcelona casi en un objeto escultural digno de galería de
exposición.
Su forma está basada en la sella curulis, un tipo de silla
usada por los magistrados romanos.
La unión a la vista del bastidor estructural y de los
amortiguadores del asiento como componentes separados, y el uso de materiales
tradicionales y modernos, ajustándolos apropiadamente a su propósito funcional,
se adaptan perfectamente a la concepción que tenía Mies del estilo internacional.
Actualidad
Este tipo de mobiliario sigue siendo muy popular, y tanto la
silla, como la otomana, el diván y la mesa auxiliar a juego siguen siendo
fabricados, bajo la licencia comprada por Knoll a Mies en 1953. Aunque hay
imitaciones más económicas, las sillas originales llevan la firma de van der
Rohe y el logotipo de Knoll impresos en el cuadro. Knoll destina una parte de
la venta de sus objetos fabricados con diseño de Mies al Museo de Arte Moderno
en Alemania. Las imitaciones tampoco pueden llevar el nombre
"Barcelona", al estar registrado por Knoll.
Se produce en dos configuraciones de acero diferentes y en
varios tipos de cuero y colores diferentes. La versión de menor costo está
construida en acero al carbono con un acabado cromado plateado (con un valor de
venta de US$3.500). La versión más costosa está construida en acero inoxidable
#304 genuino (con un valor de venta de US$5.500). El cuadro está totalmente
soldado en una sola pieza. Tiene una sucesión de tiras de cuero atornilladas o remachadas
que soportan el almohadón de asiento y respaldo. Los almohadones están rellenos
con espuma de poliuretano (PU) y envueltos totalmente en cuero sujetos por
botones dobles escondidos.
Comentarios
Publicar un comentario